domingo, 19 de febrero de 2012

Una alineación con cabeza, nos da un triunfo Balsámico


Una alineación donde Reyes juega en su puesto natural y donde Kanoute y Negredo forman la dupla de ataque, consigue la mejoría del Sevilla y el triunfo necesario, lo que sigue confirmando mi teoría de que en el futbol, los inventos con gaseosa.

“Crónica Orgullo de Nervion”
Victoria merecida aunque demasiado sufrida para el Sevilla ante Osasuna, que pudo sentenciar en la primera mitad y que terminó con algunos agobios en la segunda parte. Medel adelantó al conjunto sevillista al cuarto de hora de encuentro, poniendo justicia a una gran primera parte de los de Míchel, que varió su esquema y le salió bien. La parte negativa llegó tras el descanso, con un Sevilla agotado y que se encomendó a un par de buenas acciones de Palop en la portería y al gol en el descuento de Trochowski para mantener tres puntos que suponen un balón de oxígeno vital para afrontar dos duros encuentros ante Valencia y Atlético, y para poner fin a la racha de ocho partidos seguidos sin ganar.

2 - Sevilla FC
Palop; Coke, Spahic, Fazio, Navarro; Medel, Rakitic, Navas, Reyes (Luna, m. 65); Kanoute (Trochowski, m. 70) y Negredo (Babá, m. 79).
0 - San Roque
Andrés, Marc Bertrán, Flaño, Sergio, Raitala, Nekounam, Puñal, Lolo (Lamah, m. 45), Cejudo (Timor, m. 76), Nino y Lekic (Ibrahima, m. 45).
Goles
1-0, m. 15, Medel; 2-0, m. 92, Trochowski.
Árbitro
Velasco Carballo (Comité madrileño) amonestó a Fazio y Spahic, por el Sevilla; y a Raitala, Lolo y Nono, por Osasuna.
Incidencias
Noche despejada y terreno de juego en perfectas condiciones. Unos 30.000 espectadores en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Partido correspondiente a la 24ª jornada de la Liga BBVA.
Desde el inicio el equipo sevillista fue a por su rival, con una intensidad de la que careció en semanas anteriores. Reyes fue el primer en avisar con un tiro lejano, pero la más clara fue una jugada de Negredo por banda izquierda cuyo pase d ella muerte remata rozando el poste Kanouté. Este Sevilla, con un esquema poco habitual para lo que suele usar Míchel, dominaba a Osasuna y suponía un puñal sobre todo por la banda derecha de Navas, que tenía loco a Raitala, al que pronto lastró con una amarilla.

Hubo que esperar a los 15 minutos para que los locales rompieran la igualdad inicial. Negredo aguantaba la pelota en la frontal para servirle franco un balón a Medel, que batió por bajo con un fuerte disparo a Andrés Fernández. Lo más difícil estaba hecho. Ahora sólo había que mantener la misma línea, ya con menos presión en las piernas. Los sevillistas mostraban una buena imagen, con intensidad, velocidad de circulación de balón, aunque sin renunciar el balón directo a Kanouté, que las ganaba todas por alto.

Rakitic rayaba hoy a mejor nivel que en choques anteriores, y eso lo notaba el equipo. Se reclamaron un par de penaltis, uno en cada área, pero ninguno de los dos lo fue. Precisamente el croata tuvo la última antes del descanso, pero su disparo se marchó cruzado. Si no bajaba un ápice la intensidad, el partido estaba en el bolsillo sevillista.

Pronto avisó tras el descanso Spahic de que no se conformaba el Sevilla con lo que tenía. Su remate tras falta sacada por Rakitic obligó a lucirse al portero rojillo. El rival, con dos cambios en el descanso pasó a jugar con un 4-4-2, dejando más espacios pero teniendo algo más de presencia en ataque. La primera ocasión del partido llegaría en un disparo lejano de Cejudo que desvió Palop. El once de Míchel empezó a bajar el pistón y concedía ocasiones en su marco.

El técnico madrileño movía el banquillo dando entrada a Luna por un Reyes que notó que ha estado toda la semana entre algodones por su esguince de rodilla. También reculó un poco con la entrada de Trochowski en lugar de un cansado Kanouté. Había que frenar, controlando el centro del campo, el empuje navarro.

Spahic regaló un balón que pudo suponer el empate, pero Palop sacó una mano extraordinaria a remate de Ibrahima, como antes sacó un pie a disparo de Lamah. El Sevilla se había ido del partido incomprensiblemente, y necesitaba enchufarse o lo pasaría mal. Míchel gastaba su última bala refrescando la delantera con la entrada de Babá por Negredo. Los minutos pasaban y todo podía ocurrir. Osasuna estaba volcado ya al ataque y el Sevilla esperaba matar al contragolpe. Y lo hizo en el descuento, tras haber perdonado antes Babá, en una internada de Navas que remató al fondo de la red Trochowski.

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