jueves, 17 de noviembre de 2011

Historia Del Sevilla FC Capitulo 8

Tras el período de la Guerra Civil española llegan de nuevo las competiciones oficiales en el fútbol nacional, suspendidas en años anteriores. En 1939 se juega la Primera Copa del Generalísimo, que ganaría el Sevilla en el estadio Montjuích, al derrotar al Racing de Ferrol por 6-2, consiguiendo así su segundo campeonato de España.

En esta época se constituye de nuevo la Federación Nacional, y los jugadores están obligados a saludar brazo en alto. Otros grandes futbolistas, que escogieron el duro camino del exilio, no volvieron nunca a pisar los campos españoles.

El conflicto nacional paralizó los torneos de carácter oficial durante casi tres años, del 18 de julio del 36 al 1 de abril del 39. Los futbolistas tuvieron que retirarse, o marcharse de España, la mayoría de
ellos a Méjico o a Francia. Los que se quedaron tuvieron que luchar en el frente y debido a todo este cúmulo de sucesos, muchos clubes desaparecieron.
Sin embargo, no fue este el destino del Sevilla, que logró controlar Ramón Sánchez Pizjuán para conseguir dos títulos nacionales en los años cuarenta y vivir una época dorada, iniciada por la delantera «stuka».
Antonio Suárez y Pepe Brand siguieron, en estos años, buscando nuevos valores para el equipo, cuando nadie pensaba que el fútbol después de la Guerra podría volver a ser lo que fue.
Desde octubre del 36 al 18 de julio del 37, el Sevilla jugó 34 encuentros fuera de competición, ganando 28 partidos, empatando dos y perdiendo cuatro. Surgirían nuevos nombres, como el de Raimundo, máximo goleador con 34 goles, Pepillo, Cayuso y Vidal, entre otros. Después, de agosto del 37 al 18 de diciembre del 38, disputó otros 32 partidos, perdiendo siete y empatando ocho.

El 29 de abril de 1938, Ramón Sánchez Pizjuán firmó la escritura de compra de los terrenos de Nervión, que hasta entonces tenía el Sevilla en alquiler, en casa del notario D. José Balbuena Monto ro. Al acuerdo de compraventa se había llegado con su anterior propietario, Pablo Armero y Castrillo, en noviembre de 1937.

Cuando aún estaban calientes los rescoldos de la contienda se organizó la Copa del Generalísimo, que conquistó el Sevilla. Antes, el conjunto hispalense tuvo que jugar un torneo regional. Participaron junto a él Betis, Cádiz, Jerez y Ceuta, clasificándose los dos primeros para participar en la Copa del Generalísimo, anterior Campeonato de España.
En este torneo regional previo, el Sevilla se impuso al Betis por 2-0 en el primer partido, y éste se tomó la revancha en el segundo, venciendo uno a cero. La derrota del conjunto verdiblanco frente al Ceuta por 3-0 supuso que los dos e4uipos sevillanos quedaran igualados a puntos en la clasificación final, quedando el Sevilla por delante, debido a un mejor «gol-average». No conforme con esto, el equipo blanco no tuvo inconveniente en jugar voluntariamente una final ante su eterno rival a un solo partido, en el que venció por 2-0. En cualquier caso, los dos equipos quedaron clasificados para la Copa del Generalísimo en calidad de campeón y subcampeón.

En los cuartos de final de la competición, el Sevilla se enfrentó al Aviación Nacional, que con el tiempo seria la base para la formación del Atlético Aviación y más tarde, el Atlético de Madrid. En el partido de ida jugado en Madrid ganaron los madrileños por dos goles a cero. En el encuentro de vuelta se adelantaron los de la capital de España con un tanto de Vázquez, pero cuando la eliminación del Sevilla parecía definitiva, Raimundo y Berrocal, con dos goles cada uno, colocaron el marcador en un definitivo cuatro a uno. Los jugadores sevillistas fueron sacados a hombros del viejo campo de Nervión.

Ya en semifinales, tuvo. Que enfrentarse con el Alavés, donde jugaba el ex sevillista Fede. El primer partido se jugó en Nervión el 11 de junio de 1939,y ganó el Sevilla seis a cinco, marcando los goles blancos, tres Pepillo, dos Campanal y uno Berrocal. En el encuentro de vuelta, un empate a uno sirvió al conjunto hispalense para acceder al encuentro final. Berrocal consiguió el tanto andaluz.

El trabajo realizado por el Sevilla durante la Guerra Civil en busca de nuevos valores había dado sus frutos, y la excelente trayectoria copera llevó al equipo blanco a Barcelona, al estadio Montjuich donde se proclamaría campeón de la primera Copa del Generalísimo.
La final se jugó el 25 de junio de 1939. Se llenó el estadio y presidió el encuentro el general Moscardó, entonces Delegado Nacional de Deportes.
Los jugadores escucharon, brazo en alto, el «Onamendi» y el himno nacional. El colegiado fue el señor Arribas.

Antes de comenzar el partido los jugadores depositaron una corona de flores ante la lápida de los deportistas caídos por Dios y por la patria.
Pepe Brand, el entrenador, alineó al siguiente equipo sevillista: Bueno; Cayu so, Villalonga; Torróntegui, Félix, Leoncito; López, Pepillo, Campanal, Raimundo y Berrocal. El conjunto blanco destacaba por su juventud, con una media de edad de tan sólo 24 años.
Por el Racing de Ferrol jugaron: Alberty; Caliche, Moreno; Bertoli, Silvosa, Basterrechea; Lelé, Gallart, Barrio, Edelmiro y Portugués.
El encuentro no tuvo excesiva historia; el conjunto blanco fue completamente superior de principio a fin. En el primer período consiguió cinco tantos, y uno más que fue anulado por el árbitro. En la segunda mitad, llegó el relajamiento y los dos goles ferrolanos antes de que Campanal estableciera el definitivo seis a dos.

Los goleadores del equipo campeón fueron Campanal, en dos ocasiones; PepiIb, en otras dos, Raimundo y Torróntegui, mientras que Silvosa marcó los dos tantos del conjunto gallego.

El seleccionador nacional en los años anteriores al conflicto, Amadeo García Salazar, se volcó en elogios hacia el conjunto nervionense, comparándolo con aquel otro equipo de «Kinké» y Brand, pero matizando que este nuevo Sevilla era mucho más potente y goleador.

La prensa española especializada también elogió al equipo andaluz, resaltando a Pepillo, y en concreto las diabluras de Raimundo, llamado por sus compañeros el «pibe», debido a su juventud.

Los jugadores sevillistas, que eran la mayoría amateurs y no cobraban,recibieron en esta ocasión una «prima» especial de quinientas pesetas, que no pudieron percibir hasta la temporada siguiente, debido a la falta de dinero que había en el club. El Sevilla no recibió ni una sola peseta de la recaudación del llenazo del estadio Montjuich.
Se había alcanzado, así, uno de los mayores éxitos desde la creación del club, de la mano de Pepe Brand. Este consiguió pasar a la historia por ser el entrenador que obtuvo el último título de la República, al ganar la Copa de España con el Sevilla amateur, y el primero en la época franquista, la Copa del Generalísimo.

Por necesidad de acoplamiento y rendimiento, la delantera sevillista que se adjudicó la Copa del Generalísimo fue la formada por López, Pepillo, Campanal, Raimundo y Berrocal, reforzando entonces Torrónteguí la linea media.
La famosa delantera de los «stukas>, en la que Torróntegui sustituye a Pepillo, comenzaría a llamarse así en la temporada 1940-41, debido a la facilidad que tenía para golear a las defensas contrarias. De todos modos, puede decirse que la delantera «stuka» estuvo formada por seis en lugar de cinco jugadores, ya que Torróntegui llegó a jugar en diferentes posiciones de la delantera y la media, dependiendo de las lesiones del resto del equipo.

El 7 de mayo de 1939, y como homenaje de admiración y gratitud del Sevilla F.C. al glorioso ejército español, se celebró un encuentro internacional entre las selecciones de Sevilla y Lisboa.

Los sevillanos se alzaron con la victoria por cinco goles a uno (Campanal anotó dos tantos, Torróntegui, otros dos, y Raí- mundo, uno). En el partido de vuelta,
celebradoen Lisboa, cayeron derrotados los andaluces por 9-2, marcando Campa- nal y Raimundo los goles sevillanos.
La selección hispalense estuvo formada por nueve jugadores del Sevilla y tan
sólo dos del Betis, y fue integrada por:
Guillamón; Joaquín, Villalonga; Peral, Segura, Leoncito; López, Torróntegui, Campanal, Raimundo y Saro.

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