jueves, 1 de marzo de 2012

Llega la Medel manía


Si hay un jugador que se esta ganando a la afición Sevillista por su valor, su coraje y su entrega este es Gary Medel.
Pero no solo nos tiene embelezados a nosotros, los compañeros de Chile destacan su entrega y su oficio con la Selección Chilena, incluso robandole protagonismo a Alexis, la estrella Chilena. Y es que estamos en tiempos de Medel mania.

¡¡¡Chile parte con Medel!!! Es su motor, su equilibrio y su oxígeno. Detenerse en Gary es un agrado, fijar la mirada en su funcionamiento ante Ghana es ratificar la importancia de su labor en la Selección Chilena.

El “Pitbull” se ubicó junto a Marcelo Díaz en la zona de contención, cargado a la izquierda. Su misión está definida por Borghi, sin embargo, él siempre te aporta un sobresueldo.

Está marcando como siempre: fuerte, rápido, movedizo y “aperrado”. No se incomoda con ningún rival y en un alto porcentaje de los balones disputados, termina como ganador.

Posterior a la recuperación de la pelota, Medel la entrega con intención ofensiva, de primera, y le imprime velocidad para propiciar un ataque. Le gusta tocar con borde interno para asegurar el pase y que la trayectoria del mismo termine donde él determina.

En muchas ocasiones nos mareamos con Sánchez, Suazo, Fernández y otros, que hacen un trabajo de finalización de jugadas lo que, por lógica, les otorga mayor brillantez en sus acciones. Ante Ghana me envolví con la sangre que Medel derrochó en el campo.

Hoy está con más experiencia, eso se observa en la manera más cautelosa de correr la cancha, no por eso su desplazamiento es menor. Hoy no se desgasta en instantes donde más vale permanecer en su territorio que agotarse en jugadas inútiles.

Gary permitió el lucimiento de su compañero de zona: Marcelo Díaz. Bien físicamente, con buena ubicación y con un pelotazo largo que siempre tiene una búsqueda ofensiva.

Chile, más allá de la lumbrera de Alexis Sánchez, respetado por todos, hoy parte con el “Pitbull”.

Del partido en sí me dejó preocupado el juego aéreo defensivo. En dos minutos (8 y 10) cabecearon con mucha licencia africanos libres, sin marca. En ambos, Claudio Bravo reaccionó impecable. En la etapa final hubo dos, de la misma forma, para escribir como anotación negativa.

Observé pesado el avance ofensivo del primer tiempo. Noté, tal vez por el campo, algo espesa la salida. Del minuto 18 en adelante se ganó el rótulo de dominador del partido y sumó a su hoja cuatro jugadas de peligro.

Matías Fernández está con mucha potencia, quiere en cada pelota demostrar sus ganas, muestra ansiedad para recuperar el balón e intenta una salida explosiva cuando se adueña de la pelota.

Humberto Suazo está más solidario que nunca. Se engancha, se abre, toca y pica, etc. Muestra  muchísima movilidad, pero lo prefiero terminando las jugadas a que se pierda en la generación de las mismas. En momentos el área rival se cubría por fuera y no por el medio.

En el aspecto físico Chile cumplió notablemente. La disputa fue con una cancha pesada, frente a los africanos y con lluvia de por medio. A pesar de esos inconvenientes no se evidenció una merma visible en la manera de “correr” el partido.

Mi gran duda, más allá de las regalías defensivas (trío que se conoce y con trabajo demostraron que puede rendir) es en la zona de Matías Campos Toro. Su nerviosismo al enfrentar el partido me preocupa.

Es un muy buen volante, sin embargo, las caídas en su juego durante el desarrollo del partido lo empequeñecen. Hay que mirar la zona izquierda, reemplazar a Beasejour no es sencillo.

De los 36 minutos que se tuvo que esperar para que se reiniciara el partido exculpo a la Selección Chilena. Ellos salieron al campo en el tiempo reglamentado y, además, su retorno a  vestuario era porque se estaban congelando y el rival no aparecía.

El “palo grande” se lo deben llevar los gerentes nacionales que cerraron un partido que desde su concepción nació desviado. Les cambiaron la sede, modificaron los valores, etc. Para organizar un amistoso hay que ver con quien se cierra. Chile hoy no está para el…… (ustedes completan la frase) de nadie.

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