Rinat Dassaev
Uno de los grandes mitos del fútbol mundial en la década de los años ochenta, Rinat Dassaev, llegó a Sevilla en olor de multitud y con la vitola de haber sido el gran guardameta que defendió durante muchos años el marco
de la selección soviética.
El recibimiento que la afición sevillista le hizo a su llegada a la ciudad hispalense fue espectacular, y ya desde este momento, el cancerbero soviético entró, por la fe y la ilusión de los seguidores blancos, en el firmamento de sus estrellas futbolísticas, Rinat Dassaev tuvo que adaptarse a una vida totalmente nueva, en la que el idioma jugaba un factor importante, y aun fútbol diferente, con mayor presión ambiental, además de las diferencias tácticas y técnicas que se dan en el balompié hispano con relación al fútbol que se practica en el Este. Dassaev no pudo triunfar en el Sevilla, pero logró dejar tras de sí un halo futbolístico, precisamente el que distingue a las grandes estrellas.
Pocos deportistas han suscitado tanta expectación en Sevilla como la que levantó el cancerbero soviético Rinat Dassaev. Desde que se vislumbró la posibilidad de su fichaje, el ambiente fue creciendo entre rumores, citas y trámites burocráticos. En algunos momentos, cuando parecía que el fichaje estaba más que consumado, todo se tornaba gris y nuevamente aparecían los problemas que impedían que Dassaev se convirtiera en jugador sevillista.
La historia comienza en el año 1987, cuando la Directiva del club hispalense sopesa la posibilidad de fichar a algunos futbolistas soviéticos.
En principio se barajaron, como jugadores idóneos para el club, los nombres de Rats, Belanov, Protassov y Mikhailichenko. Con estos planteamientos, Rosendo Cabeza, a instancias del presidente Luis Cuervos, se reúne con Francisco Rodríguez, agente de la UEFA, para conversar sobre la contratación de alguno de los jugadores mencionados. En esta conversación no se sacaron demasiados puntos en claro, por lo que, pasado un tiempo, nuevamente es Rosendo Cabeza quien logra contactar con el seleccionador soviético, Lobanowsky. En una segunda cita con el técnico ruso sale a la palestra por primera vez el nombre de Rinat Dassaev. A partir de estos momentos se produce todo un revuelto burocrático, en el que entraron desmentidos e informaciones oficiosas que no acababan de concretar la situación real del fichaje.
Tras mucho trabajo y arduas negociaciones se consiguió lo que al principio parecía una gran utopía, Rinat Dassaev estampó su firma como nuevo jugador del Sevilla. La cuantía económica que desembolsó el club hispalense fue de 180 millones de pesetas.
Tres mil aficionados se aglutinaron, con banderas y bufandas, en el aeropuerto de San Pablo para recibir en la tarde del 21 de noviembre a uno de los últimos zares que ha dado el deporte soviético.
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