Tiró millas en su carrera profesional. Se retiró con 36 años y hubiese seguido más tiempo de no haber sido por las lesiones, que a .última hora llamaron a su puerta. Fernando Guillamón, más sevillano que la Puerta La Carne, dio lustre y esplendor al Sevilla. Once años enfundado en el blanco sevillista, tres internacionalidades en la escuadra absoluta, una en la menor y todo ese tiempo, seguramente más, ídolo de la hinchada blanca.
Guillamón comenzó en sevillista la temporada 45-46, cuando sólo contaba 17 años. Con esa edad, ya fuetitular. Y terminó con Helenio Herrera, que no era santo de su devoción, en el año 56.
En todo ese tiempo conoció Fernando glorias como la Liga, la Copa, un par de subcampeonatos y, lo que es más importante, el reconocimiento de ser un defensa de arriba a abajo. Era técnicamente muy bueno y poseía buenas facultades físicas. Esto le hacía ser un «comodín» perfecto. Ramón Encinas recurrió a Guillamon como el que lo hace al Séptimo de Caballería. Y colocó a
Fernando en varias posiciones. Con Campanal II sucedió lo mismo.
Tras atravesársele Guillamón a H.H., Guillamón se tuvo que ir y estuvo una temporada en el Murcia, hasta que le llegó una oferta del Córdoba, donde jugó dos temporadas. De la Mezquita, salto hasta Mallorca, donde estuvo tres años y logró subir a Primera. De bermellón al Atlético Baleares, un año, un par de lesiones y... retirada a los 36. Se hizo entrenador, y llegó a dirigir al Sevilla durante... cinco jornadas, el año en que el Sevilla consumó el temido descenso a finales de los sesenta.
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