La educación es necesariamente normativa. Su función no es
sólo instruir o transmitir unos conocimientos, sino integrar en una cultura que
tiene distintas dimensiones: una lengua, unas tradiciones, unas creencias, unas
actitudes, unas formas de vida.
Educar es, así, formar el carácter, en el sentido más
extenso y total del término: formar el carácter para que se cumpla un proceso
de socialización imprescindible, y formarlo para promover un mundo más
civilizado, crítico con los defectos del presente y comprometido con el proceso
moral de las estructuras y actitudes sociales.
A eso, a la formación del carácter, es a lo que los griegos
llamaban "ética". Valores éticos son los valores "sencillamente
humanos", de eso se trata, de recuperar el valor de la humanidad.
Apliquemos esto al Futbol, el entrenador es en realidad
quien debe de impartir estos valores, que empiezan en la cantera y terminan con
la distinción de que los grandes valores comulgan con la condición del jugador
en el campo.
Una buena educación deportiva podría mejorar el nivel
personal del individuo y a su vez la salud y la mejora posicional en esta
sociedad tan particular.
Si os cuento este tostón es porque últimamente llegan
entrenadores de paso, que los únicos valores que demuestran, son la predisposición
a no molestar a la dirección de la entidad, y la de no darle salida a los
chicos que con tan buenos valores se crean en la cantera sevillista.
Ahora nos llego Emery, que para mi es un entrenador de carácter.
Del cual no sabría responder que valores tiene en lo personal, pero de momento
esta transmitiendo voluntad y deseo, que es el nombre del titulo de este post.
Acordaros de
la frase de Michel hago mejores a los jugadores pero no al equipo, y es porque
los valores que se enseñan son colectivos y no individuales, cada uno tenemos
unas características, la calidad, el trabajo, pero el sacrificio es intrínseco
en el grupo sin el no hay equipo y de nada valen las mejoras individuales.
Martín González Almeda
No hay comentarios:
Publicar un comentario