martes, 27 de septiembre de 2011

Bienvenidos a la liga justa


Fuente Diario de Sevilla.
Cierto es que ni el Real Madrid ni el Barcelona coronan el campeonato. ¿Y qué? Ni uno ni otro lo hicieron la pasada Liga hasta la séptima jornada, en que ya comenzaron la alternancia hasta el desenlace final. En la sexta jornada de la pasada campaña, era el Valencia el que miraba a todos por encima del hombro. Y al final, el Barcelona sumó 25 puntos más que los levantinos, por 21 de los madridistas. Las goleadas de ambos el pasado fin de semana no hacen sino recordar a los ilusos que esa bipolaridad es sólo cuestión de tiempo. Porque el desarrollo del 5-0 del Barça al Atlético de Madrid y el 6-2 del Real Madrid al Rayo Vallecano no pudo ser más revelador.

Al Camp Nou acudía un Atlético de Madrid reforzadísimo en el plano moral. En los comentarios de los foros del club rojiblanco, parece que hace una década que dejaron el club Agüero y Forlán, tal es la capacidad que tienen los nuevos ídolos de hacer olvidar a sus precedentes. Y la irrupción de Diego y Falcao, en ese sentido, no pudo ser más rutilante, sobre todo en las dos goleadas ante Sporting y Racing, ambas por 4-0 en el Vicente Calderón. Diego hace recordar al gran Milinko Pantic, y Falcao a aquel Hugo Sánchez que llegó de México. Y Arda también eleva mucho el nivel técnico. Y sigue Reyes...

Pero a la hora de la verdad, empezó a rodar la pelota sobre el mojado pasto barcelonés y, tras el disparo de Tiago al larguero, cayó a plomo el monólogo de casi siempre desde que Guardiola dirige a los suyos. No había la mínima opción, todos sabían que la goleada era inevitable. No tenía sentido aplicar la palabra competición a lo que allí se desarrollaba. Y hablamos del cuarto presupuesto de los 20 participantes de esta edición, con 110 millones de euros. Pero, claro, tanto Real Madrid (480 millones) como Barcelona (461) manejan más del cuádruple de dinero que los colchoneros para el presente ejercicio...

Total, que lo que se anunciaba como uno de los partidos más vistosos y alegres del calendario, que ha deparado tradicionalmente goles a go-go, se convirtió en otra tiránica crónica, con el papel estelar del que nunca falla, Leo Messi.

Las palabras de Gregorio Manzano al término del partido han suscitado una agria reacción crítica por la resignación que rezuman: "Para ganarles, o juegan con el filial o haces el partido del siglo". Y es que los rivales, después de un 3-0 en apenas un rato, levantan el pie y ni siquiera tratan de apelar al físico para paliar el doloroso déficit técnico: el Villarreal (5-0) había encajado tres en el minuto 47 y vio 3 tarjetas amarillas. Osasuna ya perdía 3-0 en el minuto 33, y el Atlético hacía lo propio en el 27. Sólo Perea vio tarjeta amarilla en la manita del pasado sábado. ¿Para qué intentar competir? Mejor reservarse para el siguiente partido ante el Sevilla, que ya es un equipo humano...

Vale que el Barça se ha dejado dos puntos ante la Real y otros dos ante el Valencia, pero ¿cambia eso las sensaciones? Ya el año pasado cayó ante el Hércules en casa, y como después de esa derrota no perdió en meses y meses, todo el mundo la recordaba.

reforzado mou

También el Real Madrid se resarció de los dos tropiezos en sus dos salidas seguidas a Valencia ante el Levante (1-0) y Racing (0-0). Como su encarnizado rival azulgrana, también arrancó la pasada Liga con algún titubeo (0-0 en Mallorca y Valencia ante el Levante) y luego se disparó. Ante el Rayo jugó casi 40 minutos con uno menos por la expulsión de Di María, y padece la baja forma actual del Fideo argentino o Xabi Alonso, entre otros, pero es tal la descomunal diferencia entre su plantilla y la del animoso Rayo, que con uno menos el partido acabó 6-2, con otro hat trick de Cristiano Ronaldo.

Los jugadores se apresuraron a desmentir que parte de los jugadores estén un tanto cansados de las autoritarias maneras del portugués. No les queda otra, porque a la mañana siguiente Florentino Pérez se despojó de las maneras versallescas y ofició de hincha sin remilgos en la asamblea de compromisarios, dejando claro que Mourinho es el faro y guía al que hay que encomendarse para evitar que el Barcelona reine años y años.

Quizá no le haga falta a Florentino seguir reforzando públicamente la figura de su entrenador para competir con el Barça: Guardiola, con su declarado apoyo a Laporta, puede provocar desde dentro lo que el presidente merengue pretende, desestabilizar al campeón.

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