El Real Zaragoza es letal en la estrategia. La pizarra de Marcelino García Toral funciona de maravilla y el equipo aragonés ha encontrado una llave alternativa cuando su fútbol no carbura. El 35 por ciento de sus tantos han llegado en acciones a balón parado o desde el punto de penalti, siendo el saque de esquina el lugar más fructífero. Hasta siete dianas han llegado tras un saque de córner. El resto se los reparten cinco conseguidos desde los once metros, cinco tras una falta botada desde el lateral, dos lanzamientos de falta directa y un libre indirecto anotado por Ponzio dentro del área del Sevilla Atlético.
Ayala es el zaragocista que mayor partido a sacado en este tipo de jugadas. El `Ratón´ ha cabeceado al fondo de la red tres centros lanzados por Caffa (en dos ocasiones) y Jorge López. Con el riojano formó la sociedad que derrotó al Nástic en La Romareda y mantuvo con vida al Zaragoza en la pelea por el ascenso. Sólo los cuatro tantos de Ewerthon desde el punto de penalti superan el registro del argentino.
El equipo de Marcelino ha sumado nueve puntos directos en acciones a balón parado. Oliveira ganó el partido frente al Murcia con un cabezazo en la recta final, algo similar a lo que consiguió Ayala el pasado sábado. Braulio en Albacete, Zapater contra el Hércules y Arizmendi en Mendizorroza habían dado al menos el empate.
Las circunstancias obligan a cambiar el paso. La solución tiene dos vías: cambiar jugadores o modificar el sistema. Como al Zaragoza se le concentran las bajas en su nómina de delanteros (Uche, Braulio, Arizmendi... y Ewerthon está bloqueado por un proceso febril), Marcelino ha decidido aparcar su habitual 4-4-2 y recuperar la fórmula del trivote, en la cual reúne a sus tres mediocentros: Ponzio, Gabi y Abel Aguilar. Así, el domingo contra el Osasuna, el Zaragoza jugará con su doble pivote habitual más el colombiano por delante, que servirá de enganche con Lafita.El Zaragoza se dibujará en un 4-2-3-1, el sistema secundario de Marcelino desde que aterrizó en La Romareda hace año y medio. Es la opción de emergencia del entrenador, cuando le faltan delanteros, pero con ella el Zaragoza cuajó su gran despegue hacia el ascenso y sus mejores ratos de esta temporada en Primera. Con Abel Aguilar en esa misión de pisar las dos áreas, el mediocampo queda más abrigado, gana líneas de pase y brío en la presión.
El Real Zaragoza ha encontrado en la estrategia a su aliada ideal. No en vano ha anotado 20 de los 57 goles que aparecen en su casillero.
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