Si lo que me cuentan de su soberbia, desde un supervisor del Ave a compañeros del partido, ya lo distanciaba de mis apetencias de cercanía, y si a eso le sumo que es de los que ves venir y no sabes que es lo mejor que te puede pasar, si que te cuente un chiste o te dé dos patadas en las espinillas, no me faltaba más que saber que ningunea y desprecia al Sevilla F.C. para desearle un segundazo en las autonómicas andaluzas, pero un segundazo sin jugar la promoción, de golpe. No merecemos los andaluces tener de presidente a alguien que, amén de haber nacido en Madrid (y no por esto), ha demostrado tener tanta indelicadeza con el sentimiento de algunos andaluces. Si el presidente andaluz, José Antonio Griñán, ha pretendido ser gracioso «olvidándose» del Sevilla y después excluirlo de los mejores equipos de Primera, le habrá quedado demostrado que la gracia tampoco es lo suyo, más bien las desgracias, si nos atenemos a la Andalucía que nos ofrece el mocito barbicano. Con él en el cargo, tenemos una Andalucía de primera gobernada por un presidente de regional. Y no la preferente. En vez de dedicarse a madrileñear de atlético y a descartar al Sevilla F.C. de los equipos andaluces de Primera, bien podría el presidente, además de hacer algo por esta tierra que ni es suya ni lo quiere, poner en remojo las barbas, que por Extremadura viene, shiiii, shiii…, que viene, que viene, el scotazo de la gaviota. Desde luego, con mi voto no subirá al cargo, y no porque yo tenga nada contra los socialistas sino por el soberbio que los manda en la Junta.
Nunca movió mi voto una razón futbolística, que a candidatos he votado que eran de un verdor extremado, incluso a aquel presidente autonómico, don José Rodríguez de la Borbolla, que de palangana tiene lo que yo de cardenal de Quema. Pero está el estilo, la gracia que no ofende aunque te digan horrores. Y este Griñán de cuna madrileña que juega a antisevillista, no es de fiar. No se fíe usted de los cambios en el fútbol; no se fíe de un sevillista que de muchacho era bético ni de un bético que renunció al sevillismo, y no precisamente en la niñez. Y este Griñán colchonero que ahora se pone antipalangana y echa incienso a otros equipos andaluces, malo. Antisevillista y esaborío, y encima no levanta a Andalucía. Menudo segundazo merece el año próximo. Espero que no tenga el voto de ningún sevillista; es lo que merece. Y no lo digo porque quien eche a Griñán sea Arenas, un palangana total. Pero lo que yo iba a reírme viendo al colchonero echado a Segunda por un palangana…
La tribu | El blog de Antonio García Barbeito en ABC de Sevilla
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