En Europa no vamos a tener los mismos problemas que en
España, sobre todo con los árbitros, además del desembarco organizado por la afición
del Sevilla, es mas que recurrente que se respete más al Sevilla en Europa que
en España.
Partidos como el del At de Madrid, Málaga o Barcelona son un
ejemplo de la corruptela montada por el comité de árbitros en esta nación.
El Sevilla lleva soportando una persecución en toda regla
desde que se puso en contra de los grandes en el tema de las televisiones, de hecho
la temporada anterior perdimos casi 13 puntos por los arbitrajes, y este año ya
hemos empezado con 8 y queda demasiada liga.
Pero este equipo además detener buena cara tiene muchísimas bajas,
cuidadito cuando este el equipo al completo se pueda rotar y encima este esta
gran afición con el equipo.
Crónica orgullo de nervion
El Sevilla comenzó su andadura en el grupo H de la Liga
Europa de la mejor manera posible: ganando a domicilio a un rival al que dominó
de principio a fin, el modesto Estoril. Vitolo y Gameiro (el francés tuvo que
salir en la segunda mitad para arreglar el partido) anotaron para los
nervionenses, que son líderes de su grupo, tras el empate a dos entre el
Friburgo y el Slovan Liberec.
1 - Estoril Praia
Vagner Silva; Mano (Anderson Luiz, m. 72), Tavares, Bruno Miguel, Babanco;
Filipe (Joao Pedro Galvao, m. 79), Gonçalo; Balboa (Gerso, m. 63), Evandro,
Sebá; y Leal.
2 - Sevilla FC
Javi Varas; Diogo Figueiras, Cala, Navarro, Alberto Moreno; M'Bia, Iborra (Rakitic,
m. 65); Rabello (Jairo, m. 71), Marin, Vitolo; y Bacca (Gameiro, m. 65).
Goles
0-1, m.
58, Vitolo; 1-1, m.
60, Bruno Miguel; 1-2, m.
77, Gameiro.
Árbitro
Alon Yefet (ISR) amonestó a Babanco, por parte del Estoril; y a Mbia, por el
Sevilla.
Incidencias
Noche agradable y despejada. 24 grados de temperatura en el Estadio Antonio
Coimbra da Mota de Estoril. Lleno. 5.000 espectadores, de los cuales 2.500
fueron sevillistas que se desplazaron hasta la ciudad lusa. Partido
correspondiente a la fase de grupos de la Liga Europa (Grupo H).
Aunque el Sevilla llevaba en esta competición más de un mes
y medio, con dos rondas previas y cuatro partidos a las espaldas, la sensación
para todos era que el debut de verdad, emocionalmente y a efectos competitivos,
se producía este jueves en Portugal en el arranque de la fase de grupos. Y así
lo percibió también la afición, que pobló masivamente las gradas del
modestísimo Antonio Coimbra da Mota, donde 2.500 sevillistas se dejaron el
aliento desde el primer minuto para respaldar a su equipo, símbolo de la
confianza que hay en el proyecto, y denotar también la tremenda ilusión que hay
en esta Liga Europa, de la que los nervionenses son bicampeones.
Con todo, Unai Emery apostaba por dar descanso a Rakitic, al que relegaba al
banquillo, poniendo en liza un once que registraba hasta seis cambios con
respecto al que cayó derrotado de forma polémica en el Camp Nou. Lo más
significativo, la entrada de Javi Varas en portería. También la de Iborra, para
acompañar en el doble pivote defensivo a MBia con la intención de dotar a esa
zona de contención de mayor consistencia e ir definiendo un modelo más sólido
de juego. No en vano, el Sevilla entró con bastante calma y mucho criterio al
partido y, desde los primeros minutos, la pareja de mediocentros fue
imponiéndose a los portugueses con una superioridad pasmosa.
La primera gran ocasión del choque llegó para el colombiano Carlos Bacca. El
ariete del Sevilla recibió dentro del área lusa y, a pesar de que estaba algo
escorado, consiguió sacarse un buen remate con el exterior que sacó el
guardameta local Vagner con el pecho. Muy poco tardó el Sevilla de Emery en
subirse a las barbas de su oponente, al que, prácticamente, ahogó en su campo
durante toda la primera mitad. El siguiente en probar fortuna fue el alemán
Marko Marin, que recibió muy bien en profundidad y se plantó prácticamente solo
en el área, aunque algo escorado. Vitolo lo acompañaba por detrás, pero el
germano optó por cruzarla y se le fue fuera por centímetros. Los de Nervión
apretaban el acelerador con decisión.
Precisamente, el canario se marcó un jugadón en banda derecha, dejando incluso
sentado al portero Vagner con un precioso amago. Su pase de la muerte a Bacca
no lo aprovechó el colombiano, cuyo remate sacó la defensa bajo palos. Fue la
ocasión más clara hasta el momento, que también se fue al traste. Bacca se
mostró muy activo en la zona de ataque sevillista, pero bastante desacertado.
Suya fue también la última oportunidad del Sevilla de materializar su dominio
abrumador cuando ya asomaba el descanso del encuentro. Iborra lo habilitó con
un excepcional pase en la frontal y el sudamericano, de nuevo solo ante el
cancerbero rival, se trastabilló y no pudo controlar el esférico.
Así se marcharon los jugadores al túnel de vestuarios. El Sevilla, dueño y
señor del juego, ante un Estoril que se había dedicado a esperarlo, intentando
sorprender a la contra con resultado absolutamente nulo. Ambos planes
fracasaban, aunque vista la diferencia entre los dos equipos, el empate era
mucho más perjudicial para los hispalenses.
Tras la reanudación, el Sevilla volvió a tomar pronto las riendas del encuentro
adoptando el mismo rol que en la primera mitad. Con una diferencia sensible: a
los diez minutos, por fin, encontró la recompensa que tanto había buscado. El
gol llegó gracias a una buena jugada de Marko Marin, que cedió perfectamente a
Vitolo (quizá el mejor hombre del Sevilla en Estoril) para que el grancanario
no perdonara dentro del área. Justo premio para él y para su equipo, y fiesta
sevillista en las gradas del Antonio Coimbra da Mota.
Pero el fútbol es grande por su carencia de lógica, y agarrándose a ello, los
portugueses, que no se habían acercado al área de Javi Varas en todo el
partido, lograron empatar por mediación del defensa Bruno Miguel. Mal Cala… y
mal, en general, toda la defensa sevillista en la acción.
Emery movió el banquillo y tuvo que tirar de Rakitic y Gameiro. La apuesta del
vasco recogió sus frutos. Fue el francés, en una jugada muy parecida a la del
primer gol sevillista, el que anotó el tanto de la victoria para los
nervionenses, recogiendo una buena asistencia de Marin y cruzándola por bajo a
Vagner. Aunque todavía tuvo una clara ocasión el Estoril en el descuento, el
luminoso ya no se movería. Victoria tan corta como justa para el Sevilla, que
comienza bien la fase de grupos de la Liga Europa, su competición favorita.